No es ninguna ciencia lo que voy a decir: para escribir mejor hay que leer más y escribir más. Por eso, este taller se basa en esos dos pilares: leer textos diversos de autores y autoras que conocemos mucho o que conocemos poco, y escribir semanal o quincenalmente sobre diferentes temas, de diferentes maneras.
Creo en la práctica como base del crecimiento, en la creatividad, en la imaginación, en las devoluciones individuales (por escrito) y sobre todo en la participación colectiva (en los encuentros con las y los integrantes de cada grupo). Como escribió Fabián Casas, “algunas personas piensan que escribir es una práctica individual, como el tenis. El mito del escritor en su torre de marfil. Pero la literatura es colectiva y ahí radica mucha de su potencia”.
Creo en eso. Creo en que todos y todas somos diferentes en gustos, en estilos y en expectativas, y en que conocer y admitir esa diversidad es lo que nos permite, al final, elegir el camino que queremos tomar.
¿Cuál es el método, entonces? Leer textos breves y tener disparadores que permitan ensayar formas y contenidos; contar con devoluciones por escrito y orales, con un seguimiento a través del tiempo. El método es conocer estructuras y también la libertad para volar. El método es, sobre todo, pasarla bien.