Cristales en el piso
El piso aún tiene restos de cristales y a cada abrir y cerrar de ojos parecen multiplicarse; Javi barre todas las mañanas, pero siempre aparecen más.
Javier Schurman. Comunicación, periodismo y cocina.
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El piso aún tiene restos de cristales y a cada abrir y cerrar de ojos parecen multiplicarse; Javi barre todas las mañanas, pero siempre aparecen más.
Cuando esto termine vamos a abrazarnos. Sí. A abrazarnos. Como antes, como nunca. Entre amigos, entre desconocidos. Grandes y chicos. Con los viejos, también. Fuerte. Muy fuerte. Entre todos y todas. Vamos a ir a comer afuera y hacer largas sobremesas. Pedir mucha comida. Dejar propinas que compensen una ínfima parte de lo que no pudimos […]
Nunca me adentré en el mar lo suficiente como para flotar sin hacer pie. Necesito sentir el fondo. La estabilidad y la firmeza de un suelo, incluso bajo el agua.
Me cuesta. Me abruma el sentimiento acumulado en la delantera de la garganta.
Sos vos, pero también el espacio que ocupás, que late más allá de vos.
Se me cierran los ojos con fuerza. Mis mejillas suben a la altura, justito para acurrucar la tristeza que llueve.
Mi padre se sienta en el alero a tomar mate con yuyos. Está encantado porque se vino a pasar su licencia en una zona agreste de Colonia, lejos de las muchedumbres que en estas fechas se reúnen en las playas del este del país.
Obispo San Alberto 2840, 2°A. El lugar de todos nuestros encuentros. No te acordabas la altura de la calle pero conocías el camino de memoria y reconocías el edificio por las columnas negras que adornaban la entrada.
Decidí darme de baja de la vida. El trámite me tomó dos meses y ocho días, cuatro visitas a la sucursal, trece reclamos, un correo formal y mucha paciencia. El dieciséis de abril llamé al 0800 y durante quince minutos sonó la musiquita.
El volante vibraba. Era la primera vez que ponía el auto a esa velocidad. Luciano notaba en su cuerpo la adrenalina de la rapidez.
Me estaba quemando hasta que me despertó el ruido de la lluvia, el repiquetear de los gotones contra el techo de policarbonato que cubre una partecita del patio de atrás.
Este taller de escritura virtual es para escribir desde donde sea, a la hora que sea. Es un taller basado en la rutina de lectura y de escritura, un viaje a través de las palabras propias y ajenas. Es, también, un juego.